domingo, 25 de noviembre de 2012

Los padres que aman




En el artículo "La madre moldea el cerebro del bebé durante su primer año de vida" os hablaba del vínculo que se establecía con el bebé a través de su rol de madre y de padre, la modificación del cerebro del niño, a mediada por la relación emocional que mantienen con su hijo.

Ahora quiero darte a conocer los resultados de una investigación que profundizan en este aspecto de la neurobiología perinatal, que conocí a través del Blog de  la Psiquiatra Perinatal Ibone Olza.

Ibone Olza nos habla de un estudio cuya traducción sería: Sincronía y especificidad en el cerebro maternal y paternal: relación con la oxitocina y la vasopresina.

Lo ha dirigido Ruth Feldman, una investigadora brillante de la que ya nos habló en la entrada  de su Blog, titulada "Desmontando a Estivill" . Feldman y su equipo llevan años descifrando el correlato neurobiológico del vínculo entre madres, padres y bebés. En concreto Feldman es la que más ha estudiado la sincronía, esa fascinante coordinación en la crianza que entre otras cosas explica como madres y bebés de tres meses pueden sincronizar su latido cardíaco con solo mirarse a los ojos en menos de un segundo.


                                                                                                      

Ahora las nuevas técnicas de neuroimagen permiten ver que zonas del cerebro se activan cuando una madre o un padre ven a sus bebés en acción. El resultado de este estudio realizado con 15 parejas y sus bebés de 4 a 6 meses es precioso: madres y padres se sincronizan también entre ellos para responder de forma muy parecida a su propio bebé. Tan sólo se observan algunas pequeñas diferencias: en las madres se activan un poquito más algunas áreas más relacionadas con las emociones y la empatía, lo que se relacionaba con la oxitocina, y  en los padres otras areas más involucradas con la inteligencia más “social”, en correlación con la vasopresina. Pero insisten los autores, lo más llamativo es la similitud en la respuesta de cada pareja con su propio bebé,  lo sincronizados que parecen estar entre ellos madres y padres cuando se trata de comprender lo que quiere expresar su bebé.

En realidad lo que están empezando a evidenciar este y otros estudios es que los padres que mantienen un contacto estrecho con sus bebés son capaces de cuidar muy amorosamente en perfecta coordinación con las madres. Sus cerebros cambian de forma muy parecida al cerebro maternal: los padres también aman.

 
Nota: Fotos tomadas del artículo "Los padres que aman"  del Blog de Ibone Olza, del que soy seguidora asidua. 


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