domingo, 9 de diciembre de 2012

La ley del silencio en un duelo gestacional o perinatal





¿Qué sucede para algunas mujeres que no consiguen llevar adelante un embarazo? (y que ya han perdido uno o varios anteriormente). Pueden pasar años y sentirse olvidadas.

¿Quién se acuerda de preguntarles cómo lo llevan?.

¿Cuántas veces han de escuchar la frase bienintencionada, aunque escasa de utilidad, "no te preocupes, al final llegará, ten paciencia, seguro que llega"?. O los comentarios típicos "mira lo que le pasó a no se quién ... y ahora tiene no se cuántos hijos".

¿Cómo poder hacerles llegar a estas personas queridas que no te preguntan por cómo estás, la importancia para ti de sentir que quienes te quieren siguen recordando que llevas a cuesta la pérdida de unos embarazos, y que el no te preocupes no sirve de nada, sino más que para calmarse ellos mismos?.

¿Qué hay detrás de ese no preguntar?: acaso ¿tienen miedo de preguntar y molestar/dañar?, ¿acaso un olvido real en algunos casos de determinadas personas?, ¿pensar que las pérdidas se olvidan y ya está todo solucionado (cuando la paternidad/maternidad deseada no ha culminado?...

Qué diferente es escuchar un "No te preocupes" para estas madres y padres a una pregunta tan sencilla como: ¿cómo estás, qué tal lo llevas? (emocionalmente, no sólo fisicamente). El silencio de no preguntar es sólo una opción: hay otras, como preguntar y que la otra persona te lo cuente o te diga algo tan sencillo como: "ahora no quiero/no puedo/o necesito no hablar de ésto, pero gracias por preguntar, me he sentido tenida en cuenta por ti al preguntarme, me hace sentir que te importa cómo me encuentro, y eso me gusta, aunque ahora no me sienta preparada para hablar".

Quizás estas personas, que quieren a esos padres pero no preguntan, necesitan saber que lo imporante no es decir las palabras correctas delante de ellos, sino ser sinceros de corazón, y estar ahí para acompañarles. Habrán fechas especiales, que quizás los amigos, y familiares, no conozcan, o no recuerden, sin embargo pueden preguntar...
Y no es así, nos han educado para creer que del dolor es mejor no preguntar, por el miedo a que hablar sea recordarle su dolor al otro. O puede suceder que quién no pregunta tenga  su propia dificultad con el afrontamiento de ciertas emociones,  que no sabe cómo llevarlas, y siente que es mejor no preguntar por temor no consciente, del que no se dá cuenta, ante sentirse desbordado no es al que preguntamos, sino quién pregunta, con nuestra respuesta. Quizás no se da cuenta de que el "no te preocupes, ya llegará" no hace más que silenciar a una persona que quizás necesite de tu escucha, de saber que realmente le interesas a nivel emocional, que puede necesitar tu apoyo y sostén, más allá de conversaciones triviales, sintiéndose escuchada (quizás por enésima vez, sí, puede) al hablar de algo que a ella sí le importa y afecta.

Esto me ha llevado a "la ley del silencio" la que se implanta no sólo durante el embarazo, en que a la mujer que le hacen todo tipo de pruebas físicas y seguimientos médicos, pero no se le pregunta cómo se siente emocionalmente (ella misma, con su pareja, con los cambios que está experimentando y cómo los lleva...). Ante las pérdidas, ante los duelos, este silencio se hace más ensordecedor, y mucho más cuando las palabras "no te preocupes" le llegan a los oídos, a esta mujer, a esta madre que dejó de serlo demasiado pronto.
¿Cómo no va a preocuparse?. Podrá estar ocupándose, de buscar soluciones, de hacer si algo es necesario, para poner los medios que lleven a buen puerto, en la búsqueda de un hijo, o de no hacer, si lo que necesita es relajación mental... Pero por escuchar esto, sus pensamientos no pasan de largo de su mente, el otro no tiene el poder de parárselos, ni la persona que lo escucha en sí sólo por escuchar esta frase que busca ser "tranquilizadora". En cambio, la escucha activa, desde el corazón, el acompañamiento, el sostén emocional, unos brazos fuertes y cálidos, son un regalo curativo, y un recurso con el que la persona cuenta para seguir adelante.

Así pues, no silenciemos a estas mujeres, a estas parejas que han sufrido la pérdida de uno o varios hijos, durante su embarazo o al poco de nacer, con un "no te preocupes", dejémoslas expresarse, hablar, decir lo que necesitan ... y estaremos dándole parte de lo que necesita para sanar, o simplemente para transitar por algunos momentos más dolorosos que puedan darse después de estas pérdidas y ante la espera de su objetivo final: la llegada de su hijo a sus brazos.

¿Hemos pensado alguna vez cómo esta mujer habrá ido a ver a los hijos recién nacidos de otros padres, o escuchado tal vez muchas entusiastas conversaciones sobre los bebés de sus amigas, primas, familiares... y a ellas nadie les pregunta qué sienten al escuchar estos relatos mientras al hacerlo son aún más conscientes de sus pérdidas: de lo que han perdido, de lo que no tienen, de lo que perdieron a perder a su/s hijo/s? (por mucho que puedan alegrarse por el nuevo nacimiento de los bebés de sus amigas o familiares que han pasado a ser papás).

¿ Nos hemos dado cuenta de la necesidad de empatía/sensibilidad hacia ellas, de que alguién se ponga en su lugar, por ejemplo en estas situaciones tan naturales de que ocurran, como la anterior, de sentir unas sinceras y  sencillas palabras dichas por la madre/el padre que recientemente se han convertido progenitor/a : "¿y tú cómo estás?" ? .




                                                           

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