sábado, 3 de noviembre de 2012

En el embarazo también se gestan emociones





  Recientemente me he reencontrado con el Blog  CRIANZA Y GESTALT  escrito por la Psicóloga Ana María Constain, y releído muchos de sus artículos, que me parecen sumamente interesantes (os lo recomiendo).

En esta entrada quiero compartir contigo un artículo escrito por Susana Albornoz, Psicoterapeuta de niños, familia y adultos, formada en Terapia Gestalt, sobre el embarazo y el encuentro con la propia sombra que se produce en el proceso de gestación.



"En este momento tengo 19 semanas de embarazo y soy mamá de una niña de dos años. Los embarazos han sido completamente diferentes. Lo único que ha sido igual es que todos me hablan del embarazo como un proceso gestacional puramente fisiológico: “a las 13 semanas las huellas dactilares de tu bebé ya están desarrolladas” o “desde el cuarto mes se desarrolla el sentido del oído, por eso puedes empezar a leerle desde ya”. Y en cuanto a mí: “las molestias del primer trimestre”, “síntomas de alerta durante el embarazo”, “los cambios emocionales son debidos a cambios hormonales”, “sientes cansancio, te tengo el tip para que te relajes”.

Me he dado cuenta de que cuando hay mujeres embarazadas nunca se habla con ellas de lo que pasa emocionalmente en el embarazo. Así como crece la panza como una luna en su ciclo hasta ser luna llena, nuestra marea de emociones se activa con este crecimiento, pasamos por cuartos menguantes, lunas nuevas, cuartos crecientes… La primera vez que me encontré con este movimiento y fui CONCIENTE, fue cuando leí el libro de Laura Gutman “La maternidad y el encuentro con la propia sombra” (lo recomiendo) embarazada de mi hija Amaranta.

Cuando hice conciencia de este movimiento emocional, me di cuenta de que estaba gestando en mí un sinfín de sentimientos y pensamientos que nunca pensé que podría tener en momentos como el embarazo. Amaranta fue deseada, planeada, buscada y engendrada. ¿No se supone que debería estar siempre feliz? Pero toda mi historia personal, mis miedos, mis certezas, mis temores, mis relaciones familiares irresueltas llegaron como fantasmas que me perseguían a donde iba. Pensamientos como: “¿y si mi hijo no me quiere?” “¿Será que estoy rechazando a mi bebé porque no me siento siempre feliz?” “¿Y si mi bebé cuando nazca no es feliz?” “Siempre he querido tener hijos, ¿y si no puedo ser buena mamá? ¡Y es para toda la vida, y si me arrepiento y no me gusta la maternidad!” También tuve pensamientos como: “nunca voy a ser una mamá como…”.
Además tuve sentimientos de soledad y abandono, los cuales, me he dado cuenta, he tenido en diferentes momentos de mi vida, especialmente en mi infancia.  Así poco a poco se me fueron reviviendo dolores, sueños, esperanzas, etc.

Este embarazo ha sido diferente, ya no he tenido estos mismos sentimientos, pues afortunadamente los trabajé y los miré de frente en su momento. Ahora veo otro lado de mi sombra (cada hijo viene con su enseñanza). Se me han despertado sentimientos de injusticia y libertad, se me ha despertado la rebeldía adolescente, la rabia, la pataleta de niña chiquita por no tener algunas necesidades de infancia resueltas, el sentimiento de maltrato y un afán por la autonomía que se me había olvidado que guardaba dentro de mí.

Estoy trabajando en ello. Cuento con amigas y compañeras que me reciben. Cuento con un esposo que me escucha, y cuento con una red de apoyo de mujeres que me escuchan y comparten conmigo sus propias experiencias (grupo de crianza).

Mientras estoy en el proceso me encuentro con otras mamás en embarazo, en postparto e incluso ya madres experimentadas, y a veces me siento extraña: ninguna habla de este revoltijo emocional al que nos vemos enfrentadas las mujeres en este proceso de gestar y maternar. Mi hipótesis es que en nuestra cultura el embarazo debe ser un momento de felicidad y gozo por la nueva vida que se gesta: “qué alegría, te felicito, los niños son la alegría de la casa”, “tener hijos es una bendición.” Y esto es cierto, así como también es verdad que es un cambio total de vida que nunca sale como te lo imaginabas, o a veces llega en el momento menos esperado. Y como en todo cambio, movimiento fuerte o transformación, se mueve lo más profundo que llevamos dentro. Desde este debe-ser color de rosa, es como si existiera la prohibición no explícita de sentirnos mal, miedosas, confundidas, con sentimientos de tristeza o de rabia. Cada vez que un sentimiento de estos aparece, viene con compañía: la culpa. La manera que creemos es la mejor para afrontar esto es decir siempre que estamos bien y reprimirnos.
Y qué peso cuando te dicen: “tienes que estar feliz y tranquila para que tu bebe esté feliz y crezca sano”.

Otra razón que no nos permite a las mujeres darnos cuenta o prestar atención a estos movimientos emocionales es que sentimos que la vida tiene que continuar como si nada, debemos seguir trabajando y estar ocupadas como siempre, así el cuerpo a veces nos pida lo contrario, pues en el embarazo da sueño, cansancio, dolores de cintura, nauseas, etc. ¿Si no tenemos casi tiempo para prestar atención a lo más obvio que son las señales del cuerpo, cómo vamos a prestarle atención a aquello que se mueve en nuestra sombra? Para muchas mujeres ser mamá es de lo mejor que nos puede pasar, pero aun así lo reprimimos en el ámbito laboral, la producción debe continuar igual y ni pensar en una licencia de maternidad justa y digna para vivir el postparto y nutrir a nuestros hijos.

Por todos lados recibimos el mensaje de que no debemos sentir “cosas feas” durante el embarazo.

Nosotras como madres esperamos que nuestros hijos crezcan emocionalmente sanos: “lo más importante es que esté bien, sano y sea feliz”. Y yo me pregunto cómo vamos a ofrecerles esa posibilidad si nosotras desde el comienzo de la gestación reprimimos todos estos sentimientos. Estar emocionalmente sano no es reprimir los sentimientos que catalogamos como malos (tristeza, miedo, rabia). La salud emocional consiste en aceptar, integrar y resolver aquellas emociones que se nos presentan en cada momento de la vida y poderlas afrontar con conciencia: las emociones, todas, son naturales y normales y es necesario hacernos cargo de ellas. Las personas en general necesitan contención cuando pasamos por movimientos interiores fuertes: dolor, tristeza, duelos, miedo, etc.

Las mujeres embarazadas y en post-parto también necesitamos de contención emocional para podernos desarrollar como madres y darles a nuestros hijos lo mejor de nosotras mismas. Entre más caso hagamos a esa sombra  que se despierta (aceptarla, integrarla y resolverla), más limpias estaremos para brindarles a nuestros hijos la contención que necesitan.
Muchas veces la depresión postparto (que no es lo mismo que el Baby blues, ni todas las mujeres en el puerperio la padecen) es el resultado de no poder trabajar esta marea emocional que se viene gestando desde el embarazo.

Enfrentarnos como madres gestantes a este movimiento interior es una gran oportunidad para crecer como personas, conocernos mejor, limpiarnos emocionalmente y gestar en nosotras y nuestros bebés la salud emocional y la conciencia. Es también un momento crucial para prepararnos para el trabajo emocional que representa la maternidad, que será para toda la vida, y nos prepara para poder acompañar a nuestros hijos en su propio camino de desarrollo personal. Como propone Laura Gutman en su libro “La maternidad y el encuentro con la propia sombra”, una mujer contenida es una madre que puede contener a su bebé.

Si estas gestando y te das cuenta de los diversos sentimientos y pensamientos que se comienzan a asomar, no dudes en buscar ayuda, asiste a grupos de crianza, habla con amigas, busca a un profesional, encuentra un espacio adecuado para ti donde te puedas observar y desahogar, procura estar acompañada, contenida. Es normal que esto suceda, no eres la única que tiene pensamientos y sentimientos que consideramos “locos” para estar en un momento tan feliz como debería ser la gestación y conversando con otras mujeres te darás cuenta de ello.

Buen viento y buena mar en el viaje que es la maternidad."



Enlace al artículo:


                                                     

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...