viernes, 21 de diciembre de 2012

Petits amb llum y Duelo Gestacional/Perinatal


Foto de la 1era diada de Petits amb llum
(Pequños con luz)
                                                                

        En esta entrada comparto contigo un vídeo sobre la Asociación Petits amb llum sobre la pérdida gestacional y perinatal, de un bebé que fue amado, que sigue siéndolo para sus papás, aunque se fuera durante su período gestacional, en el parto o a los pocos días de nacer.

        Es la  entrevista que se realizó el lunes 21 de mayo de 2012 en el programa "Para Todos" de TVE2, a la psicóloga Mª Teresa Pi i Sunyer del Hospital de la Vall d'Hebron y cofundadora de la Asociación Petits amb llum y a Marta Muñoz presidenta de la Asociación Petits amb llum.

        Petits amb llum, es una asociación que ofrece la posibilidad de compartir a personas que están pasando por esta experiencia de duelo gestacional o perinatal, a partir de grupos de apoyo mútuo (Grupos GAM), entre madres, padres y familiares, que son presenciales  y están moderados por un profesional.  E igualmente ofre un foro online en el que cubrir  esta necesidad de compartir la experiencia con otras personas afectadas, para aquellas personas que prefieren este medio anónimo o que no pueden acceder a los grupos presenciales.



                                                      

jueves, 20 de diciembre de 2012

Navidad y Duelo gestacional/perinatal


                                                    Creative Commons Image: 'Sterne - Stars'
                                                    http://www.flickr.com/photos/11946969@N00/72378563

Hace unas horas, cuando pensaba en mi primera felicitación de la Navidad 2012, desde este mi recién creado Blog, sobre Psicología Perinatal, me embargaban emociones "contrarias":  por una parte, alegría de sentir a "éste, mi nuevo bebé", a modo de proyecto que comienza con este nuevo blog, unido a  mi búsqueda de especialización y formación en esta especialidad de la Psicología, y por otro lado, el  recuerdo íntimo  mis niñitos, que llegaron, haciéndom muy feliz,  pero se fueron muy pronto, y que en estas fechas aparecen a modo de recuerdos bellos, a la vez que unido a  sensaciones-sentimientos de pérdida  por  esos dos seres pequeñitos que se fueron demasiado temprano de mi vida.

Me resultaba dificil elegir, no podía conjugar ambos sentimientos en mi felicitación, y he elegido el de la celebración por los sueños a realizar que ya he comenzado a llevar adelante. Quizás, en parte, he querido de alguna forma alejar ese recuerdo que llevo días, a ratos,  sintiendo con intensidad.
Sin embargo, ha querido la "casualidad" que me haya encontrado en mis lecturas de un blog que sigo "Niños del agua", un artículo sobre el duelo gestacional/perinatal, en el que nombran ese sentimiento de pérdida por el hijo que se fue antes de nacer o al poco de llegar a su vida terrestre, que se potencia o reaparece en estas fechas navideñas, titulado "Fiestas y ausencias" . Lo reproduzco a continuación. Su lectura puede ser valiosa para ti, si estás pasando en estos momentos, por el recuerdo de ese ser amado, tu hijo, que se fue tempranamente en su vida, y quiero hacértelo llegar a modo de reconocimiento de tu vivencia en estos momentos, de no silenciarla y  de acompañamiento en tu pérdida, desde aquí, a través de estas palabras escritas por Elena Mayorga, terapeuta especializada en Psicología de la Mujer, y que tomo prestadas, para dedicártelas con total sinceridad y cariño.

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Las fechas señaladas, como las próximas fiestas, siempre van cargadas de emociones encontradas. Por un lado, a todos nos apetece romper con la monotonía y disfrutar de unos días entrañables con nuestros amigos y familiares, por otro, casi todos pasamos por pequeños momentos de melancolía en los que nos es inevitable recordar a los seres queridos que se marcharon de nuestras vidas y ya no están, físicamente, a nuestro lado.

Para las Mamás que hemos sufrido una pérdida gestacional o perinatal, también estas son fechas muy complicadas. A todas, nos resulta ineludible dejarnos llevar por la imaginación y fantasear sobre cuantos días me quedarían de embarazo de haber seguido adelante, o cuantos meses o años tendría nuestro bebé de haber podido vivir.

No te sientas mal por esos momentos de tristeza y melancolía que vas a pasar. No es dañino recordar a nuestros ausentes y dedicarle algunos de nuestros más dulces y queridos pensamientos. Hablemos con nuestras parejas, nuestros hijos, amigos y familiares, más entrañables, de ellos. Enviémosles, entre todos, un pensamiento cargado de cariño y Amor. También, si os parece, podemos volcar nuestra pena y frustración en llevar a cabo una acción especial, amorosa, positiva y constructiva, como homenaje a todos los momentos y enseñanzas maravillosas que nos han aportado nuestros Niños del Agua.


A continuación nos proponen alguna de estas posibles acciones a modo de sugerencia de recuerdo de estos bebés que se marcharon pronto en su cortita vida:


   Realizar una salida al campo o a la playa con los amigos y familiares que de verdad comprendan tu dolor. Aprovechar el cielo abierto, la presencia de la Naturaleza para disfrutar del calor, del frío, del sol, de la lluvia, del viento, del sonido de los pájaros, de la cercanía de los pequeños habitantes de nuestro planeta, de la visión de las plantas. Inúndate de la magia de los colores y de los olores. Después, caminad, buscad un rincón especial, el que sintáis que es el apropiado y allí, depositad una semilla, una flor, una piedra, un beso, un pensamiento, una canción, un poema y enviádselo a vuestro Niño o Niños del agua, y a todos los seres del Universo. El Amor es Uno y no conoce fronteras.

   Recoge ropas que no uses, enseres, juguetes, o comida, bebidas, o tal vez, simplemente, tu compañía y presencia, y dáselas a alguna persona que sepas que les va a dar un buen uso. No lo hagas como un acto de caridad, sino como un acto de Amor y amistad. Compartir con otras personas nos hace más fuertes, sabios y humanos. Con nuestros bebé compartimos, brevemente, compañía física, pero por siempre un Amor infinito. Podemos repartir parte de este Amor con otras personas.

   Entre todos los que amasteis a vuestro bebé, que te comprendan y apoyen: pintad un cuadro, tejed una colcha, escribid una recopilación de pequeños cuentos o poemas, cocinad una cena especial, elaborad una pequeña pieza de cerámica, madera, lana ... hacedlo colaborando y concentrados en un pensamiento especial: el Amor.


   Si la pérdida es muy reciente y no te ves con la fuerza necesaria para realizar algo especial, esto es porque aún no ha llegado el momento, y necesitas concentrar tu energía en recuperarte. No te agobies, simplemente, deja salir tu pena: llora, habla, y permite a los que de verdad te quieren, que te mimen, te abracen y te ofrezcan su compañía. Duerme lo que necesites, come los caprichos que te apetezcan, descansa, y aunque sé que te sientes sola, quiero decirte que no lo estás, que tu bebé siempre te acompaña desde el corazón. Además, aunque no nos conozcamos o vivamos lejos, siempre os tenemos presentes en nuestros corazones.

     La  autora del artículo nos despide con un abrazo cargado de respeto, cariño y Amor, que yo quiero interpretar por las vidas de estos "bebitos" que se fueron, y hacia los padres que las engendraron y lloran su ausencia en estas fiestas. Un abrazo al que yo quiero unirme, haciéndolo mío también.


miércoles, 19 de diciembre de 2012

¡¡ Feliz Navidad 2012 !!


                                                            


                               Me  hace  especial  ilusión  felicitarte  esta  Navidad  de  2012,
al  ser  las  primeras  Navidades  que  comparto  contigo  desde  mi  recién  estrenado Blog.


                Me  siento  como  una   adulta - niña  que  cree  en  sus  sueños  y  disfruto
haciendo  para  que  este  llegar  a  ser  realidad  un  día, que  poquito a  poco es así  es  desde  que  me  decidí  a   escribir   este  Blog  sobre  Psicología  Perinatal. Ando  en  pañales  en  este nuevo  proyecto, con  el  tanto  estoy  disfrutando. Me  siento verdaderamente  feliz  de  haber  emprendido  este  nuevo  camino, que  es  para  mí  como  "mi  pequeño recién  nacido", y  os   lo  presento  como   cualquier  "mamá"  con  ilusión  y  alegría  por dar a  conocer a  "su bebé".  Sueño con  poder  verlo  crecer  junto  contigo, contigo, y contigo, con él , con ella,..., con todos vosotros que ya estáis aquí, acompañándome... y con quiénes vayáis llegando para  ir  descubriendo  a  "mi pequeño" y verlo crecer juntos. Soy afortunada  por  poder  estar  junto  a  ti,  acompañándote  también.

¡ Te  deseo unas  Felices  Fiestas  Navideñas !

Convertirse en Madre. Identidad Maternal


                                    
Como Mujer y Persona, no sólo como Psicóloga, hace años que me apasiona el proceso de convertirse en Madre, cómo todo cambia ante la perspectiva de convertirse en Mamá y todos los cambios que esto supone en la mente de la futura madre, antes incluso de que ni siquiera haya gestado a su bebé, y cómo cuando lleva a su bebé.

No me gusta la palabra embrión, ni feto (a pesar de que describen un momento de desarrollo y un período de gestación) , ya que cuando una lleva a su "fetito" dentro, lo siente (a nivel emocional) ya como su hijo, independientemente que haga sólo dos semanas ( o dos días) que te hayas enterado de la noticia maravillosa (para quién lo vive así, con esta ilusión) de que "una va a ser mamá" y va darle la vida a su hijo. Es entonces cuando empieza a sentir y comprender lo increíble de esa palabra "hijo". Es en ese momento cuándo la sensibilidad como mujer empieza a cambiar, cuando "las noticias de tragedia, desgracias, mamás y bebés heridos... hacen que algunas mujeres no puedan con este tipo de noticiarios..." y que se queden extrañadas por estos cambios tan fuertes e inesperados (en parte facilitados por sus hormonas).

Sin embargo, antes, mucho antes quizás (depende de cada mujer) ya se están preparando muchas facetas que van a influir en la maternidad: la comunicación en la pareja es la cuna, dónde esa familia que se construirá,  va a recibir a su futuro hijo, y que influye antes de la concepción de éste en cómo vivirán estos padres la nueva maternidad y la paternidad con su primer hijo en común.

   Hoy voy a acercarme al proceso de convertirse en mamá, a través de las palabras del Experto Psiquiatra Daniel N.Stern (que ha trabajado de forma clínica durante 4 décadas sobre la relación madre-niño, con bebés y con sus madres, además de en el campo de la investigación del desarrollo psicológico de niños). Y en posteriores entradas, iré ampliando esta información por partes.


"De alguna manera, una madre tiene que nacer psicológicamente al igual que su bebé nace de forma física. Lo que una madre da a luz en su mente no es un nuevo ser humano, sino una nueva identidad: el sentido de ser una madre".

"Convertirse en madre se consigue gracias al trabajo que cada mujer realiza en el campo de su mente, trabajo que se convierte en una actitud maternal, una experiencia profunda y privada".
"Esta actitud maternal no nace en el momento en que el bebé llora por primera vez. El nacimiento de una madre no se produce en un momento dramático concreto, sino que surge gradualmente a través del trabajo acumulativo de los meses que preceden y siguen al nacimiento físico del bebé".


A modo orientativo y pedagógico, podemos dividir el proceso de convertirse en madre en tres partes:


La primera parte es un “proceso de preparación para ser madre  que "empieza con los nueve meses de embarazo, durante los cuales la mujer lleva a cabo mucho del trabajo mental que se requiere para prepararse para la nueva maternidad. Mientras que su cuerpo va formando el feto, su mente se prepara de forma activa la forma de su nueva identidad" (el embarazo como una fase de preparación).
                           

                                                       
                              
"Durante los nueve meses, la imaginación de una mujer está totalmente centrada en las esperanzas, sueños, miedos y fantasías sobre cómo será su bebé, cómo será ella como madre y cómo será su marido como padre. Todas estas áreas son todavía desconocidas, de manera que una mujer es libre de proyectar todo tipo de ideas sobre el aspecto de su mente centrado en cómo será la vida cuando llegue el bebé. Esta preparación es vital para convertirse en madre".

Y este período del embarazo es un momento privilegiado que tiene la madre para trabajarse, a través de una relación terapéutica, aquellos aspectos de su infancia en su papel de hija de su madre, que quiera revisar para no hacer una transmisión intergeneracional en su bebé, cuando pase a ser la mamá de su hijo.

"Parece que la experiencia del nacimiento real forma aún parte de la fase de preparación, y puede dar lugar a la madre física, pero no a la psicológica".
    

                                             
* La segunda parte: cuando se da el “surgimiento de la identidad de madre" centrada en los meses posteriores al nacimiento del bebé.

"Sólo después de que una madre ha vuelto a casa y se ve implicada en las tareas de alimentación, educación y cuidado del nuevo bebé, la actitud mental de maternidad toma totalmente forma".

---La primera tarea de la maternidad es asegurar la supervivencia de su bebé, y con ésta aparecen los grandes miedos y preguntas asociadas a esta responsabilidad y a "la forma de hacerlo, la capacidad de conseguir alimentar a nuestro bebé...". Aquí aparecerán los primeros obstáculos a los que la madre ha de enfrentarse como nueva madre en que se ha convertido (¿porqué no puede mamar?, ¿porqué no come?, ¿qué hago si sigue sin comer?, ¿si le doy el biberón ahora, afectará después a la continuación de la lactancia natural, podré amamantarle?, ¿y si le doy un biberón, estará bien alimentado? ...).
                                                              Alimentación y vínculo

 ---Después irá surgiendo el crear una relación íntima con su bebé: " esto pone en juego su historia personal global de relaciones y cómo usted experimenta la intimidad".

---El tercer paso en este proceso de creación de su identidad maternal es "su necesidad de confirmación y aliento por parte de otras madres". "Esto puede implicar el tener que confrontar su relación con su propia madre y decidir cuánto de ella quiere repetir o rechazar a la hora de crear una relación con su propio hijo. Es posible que se pregunte: ¿seré como mi propia madre, y qué puede implicar eso?.

Hay mujeres que ante la conciencia de la importancia de esta última pregunta que se hacen, toman parte en una maternidad activa y participan en grupos de lactancia o de maternidad. En ocasiones les lleva a leer y formarse al respecto, a iniciar un proceso de psicoterapia o a continuar éste si lo iniciaron durante su embarazo (cuando éste aspecto de su vida se convierte en prioritario para ellas: la crianza de su hijo/a y cómo su historia personal de origen puede afectar o está afectando e influyendo negativamente a su relación con su hijo).

* Tras este primer encuentro con el cuidado y la atención de su bebé, la mujer habrá dado a luz su nueva identidad maternal, sin embargo, habrá un tiempo en que ésta se verá protegida de la evaluación del mundo exterior. Por lo que un nuevo cambio en su identidad tendrá lugar en una tercera etapa, para integrar su nueva identidad en su vida, es cuando “una madre se adapta” Aquí surge la pregunta inevitable (en el siglo XXI) de "si volver o no al trabajo y en qué momento después del nacimiento de su bebé". ¿Se puede hacer compatible y si es así Cómo se puede hacer compatible la identidad maternal con la profesión de una mujer?.

                                
                         Madre en la cuerda floja: entre kinder (niño) y beruf (trabajo/profesión)

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Este es un artículo que publiqué, previamente,  el 2 de noviembre de 2011, en mi Blog "CENTRO PSICOLOGÍA GESTALT"
                                                

¿Por qué llora mi bebé ? Por Laura Gutman



                                                   

En esta entrada quiero compartir con los lectores del Blog, dos excelentes vídeos realizados por Laura Gutman, una terapeuta familiar y escritora conocida y reconocida a nivel internacional.

En ellos habla de la necesidad de dependencia del bebé al nacer (o fusión emocional bebé-mamá), de la dificultad del proceso de conocimiento de las necesidades de nuestro hijo recién nacido, y sobre todo de la adaptación en este período en las madres a la nueva identidad de madre, por diversos motivos. Explica igualmente cómo el llanto es la forma que tiene el pequeño de mostrarnos que nos necesita (la figura materna o a la persona que la representa). 

De forma indirecta, desde su reflexión, vemos como deja abierto el tema de la urgencia de algunas madres de realizar un proceso de revisión de su historia familiar, para poder atender sus propias necesidades no satisfechas en su infancia (la forma en que éstas no fueron atendidas, el significado de estos hechos ahora como madre...), ante las "sombras" que aparecen a la mujer en camino de ser madre, a lo largo de su embarazo, y posteriormente, durante el puerperio. Todo ello tratado en su libro: “La maternidad y el encuentro con la propia sombra”


A continuación os transcribo los aspectos fundamentales (son los contenidos verbalizados por Laura Gutman) de ambos vídeos (que enlazo más abajo):


Cuando nacemos, los seres humanos esperamos encontrar la misma calidad de confort que hemos vivido durante 9 meses durante el útero materno. Es decir; contacto permanente, movimiento permanente, alimentación permanente, ritmo permanente. Mientras permanecemos en el útero materno, oímos los latidos del corazón de nuestra madre, su voz, las voces de otras personas, oímos los ruidos del cuerpo materno digiriendo la comida, riendo, hablando, cantando, respirando…

En el momento de nacer, además del impactante pasaje hacia la respiración a través de nuestros pulmones que se llenan de aire, pasamos también de un ambiente húmedo a uno seco, experimentamos un descenso de temperatura en el ambiente, y además los sonidos ya no están amortiguados. Para colmo, sufrimos un cambio radical en la postura; ya no estamos boca abajo, sino que estamos acostados, o con la cabeza más alta que el resto del cuerpo, pero en buenas condiciones podemos soportar e integrar estas nuevas sensaciones con serenidad y placer.

Durante millones de años, los bebés recién nacidos hemos mantenido un estrechísimo contacto corporal con nuestras madres y aunque en los nuevos siglos, los bebés estamos siendo privados de esta invalorable vivencia, cada bebé que nace espera encontrarse en ese mismo lugar: en brazos de su madre. Si no encontramos refugio y confort en el cuerpo materno, la situación nos resultará dramática y la hostilidad en el medio ambiente será muy difícil de confrontar. ¿Qué pasa si no obtenemos el nivel de confort que necesitamos?

Todos los bebés sanos lloramos para avisar que no estamos bien. Por suerte, los seres humanos desde el nacimiento contamos dos herramientas indispensables para la supervivencia. En primer lugar, el instinto de succión, que nos permite obtener leche, y por otra parte el llanto que nos sirve para avisarle a nuestra madre que la necesitamos. Si los adultos comprendemos que los bebés no pueden resolver nada por sus propios medios, vamos a tener que aceptar que si el bebé llora es porque precisa ser atendido. La pregunta que podemos hacer es si damos prioridad  a las necesidades de nuestro bebé o si le otorgamos prioridad a nuestras propias necesidades.


Tengamos confianza en que si el bebé recién nacido se siente seguro, amado, sostenido, estable y va confirmando que cada vez que necesita algo, lo va a obtener, las cosas se van a facilitar en la vida cotidiana con el bebé. El bebé va a ir organizando una fuerte seguridad interior y  les aseguro que ese es el regalo más preciado para el desarrollo de su vida futura.

Si tuvimos un embarazo espléndido, es posible que nos sorprenda el puerperio, ¿sabes por qué? Porque durante el embarazo, el bebé nos acompaña a nosotras, pero en el puerperio, somos nosotras las que tenemos que acompañar al bebé y eso es mucho más trabajo.

Si somos mujeres identificadas con la autonomía, la libertad, el manejo del dinero, la libre circulación, la independencia, es obvio que cuando aparece el bebé, nos vamos a sentir prisioneras, vamos a tener ganas de escapar a cada rato de esa demanda incesante del bebé, y claro, cuanto más sienta el bebé sienta que nosotros queremos escapar, más el bebé va a llorar por las dudas, pidiendo que nos quedemos ahí. ¿Quién tiene razón, la mamá o el bebé?

Siempre podemos dejar a un bebé llorar, en algún momento va a parar. Sin embargo, esto no significa que el bebé haya recibido los cuidados que estaba reclamando, al contrario; solamente entendió, que llorar no sirve para nada, y algo peor, el bebé para obtener cuidados maternos va a desplazar sus manifestaciones sobre otro pedido que pueda ser escuchable por la mamá. Por ejemplo, se va a enfermar, y la mamá va a mirar la enfermedad, en lugar de mirar el bebé necesitado, y ahí ya tenemos la primera equivocación.

¿Hasta cuándo somos bebés? ¿Hasta los 6 meses, 1 año, 1 año y medio, 2 años, 3 años? ¿Qué importa? Mientras el bebé pida brazos, teta, calor, mirada, presencia, permanencia, juego, lo va a pedir, y en la medida en la que nosotras se lo podamos ofrecer, simplemente el bebé se va a sentir bien. Cuando se sienta seguro, no lo va a pedir más porque nadie pide lo que no necesita. Simplemente los tiempos de los bebés no son iguales a los tiempos de los adultos.

En todos los casos, todos los bebés lloran, todas las mamás lo pasamos mal, todos los papás lo pasamos mal. Sin embargo, nos diferencia la intención, la firme intención de hacer algo para comprendernos más, y para comprender al bebé que algo interesante nos está diciendo, por eso ¡pidamos ayuda! Conectémonos con el bebé, que algo nos está diciendo.



Podemos empezar por hacer algo muy fácil, tengámoslo en brazos, ofrezcámosle el pecho, observémoslo, digámosle palabras cariñosas. No es tiempo de pensar, es tiempo de actuar según las indicaciones de nuestro corazón.

¿Qué pasa si a pesar de acunar al bebé, de abrazarlo, de alimentarlo, de cobijarlo, igual el bebé sigue llorando? Ahí tenemos que comprender que es momento de preguntarnos que me pasa (a la madre/cuidador del bebé), en lugar de qué le pasa (al bebé).

Madre y bebé compartimos el mismo territorio emocional, podemos decir que sentimos lo mismo. Es verdad que cuando el bebé nació, nos hemos separado físicamente a través del corte del cordón umbilical, pero en un plano más sutil, no estamos separados. A este fenómeno lo vamos a llamar fusión emocional (mamá y bebé, los dos viven la misma realidad).

Ahora viene la parte más difícil, el bebé expresa especialmente todo el material emocional que las madres no registramos, que hemos relegado a la sombra. Es decir, manifiesta justo eso en lo que hemos puesto tanto empeño en olvidar: situaciones confusas de la infancia, secretos, soledades, abandonos emocionales, pérdidas afectivas o dolores sin nombre.
Por eso, cada vez que el bebé llora, además de acunarlo, abrazarlo, alimentarlo, protegerlo, tomemos contacto con eso que nos duele, pidamos ayuda, conversemos con las personas más cercanas afectivamente sobre eso que nos pasa o que nos pasó. Asumamos nuestros conflictos y busquemos la manera de encararlos con mayor madurez. (Añado yo: si esto no es suficiente, el hablar con personas de nuestro entorno, si necesitamos un apoyo externo, pidamos ayuda a un recurso profesional, que nos acompañe y guíe en el proceso de elaboración de esos conflictos no superados).

Y si todavía, todavía sigue llorando, busquemos compañía. NO ATRAVESEMOS TODO EL DÍA SOLAS CON EL BEBÉ EN BRAZOS. Pero cuidado, buscar compañía significa estar junto a personas que no nos juzgan, sino que simplemente tienen la capacidad de acompañarnos y dispuestas a escuchar nuestras necesidades emocionales, nuestras, las de las mamás. Las madres y los bebés nos lo merecemos.

(Enfatizo yo: no sería sano rodearnos de personas que nos digan que "tener al bebé en brazos es mimarlo, malacostumbrarlo", o que nos hagan sentir que cuidar a nuestro hijo, con mimos, cariño, y sostén, es malcriarlo. Sino de personas que respeten nuestra forma de hacer con nuestro hijo, que sean un apoyo para la madre, y no una fuente de estrés al sentirnos juzgadas todo el tiempo por estas personas). (Y como dice una madre en el segundo vídeo: cuando el bebé no para de llorar y la madre/el padre, lo ha intentado todo, lo que le ayudó fue "olvidarse de todos los comentarios y tratar de conectarse con el bebé: así puede llegarnos lo que necesita y nos está transmitiendo, y nosotros podremos dárselo).


Por qué llora mi bebé. Laura Gutman. Parte 1



Por qué llora mi bebé. Laura Gutman. Parte 2
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Este es un artículo publicado por mí anteriormente, en mi otro blog "CENTRO PSICOLOGÍA GESTALT", el 6 de febrero de este año. El motivo de volver a publicarlo es que hoy mismo he leído el artículo (cuya lectura os recomiendo por lo valioso y revelador que puede ser para otras madres que estén pasando por su propio puerperio, y que se pregunten ¿Qué me está pasando?):  " ¿Depresión Postparto ? " del Blog del que soy seguidora "Crianza y Gestalt", en el que la Psicóloga, Experta en Terapia Gestalt Infantil y Doula, Ana María Constaín nos habla del primer año de vida de su hija Eloísa, de la creación del vinculo de apego con su hija, y del descubrimiento de sus propias sombras a partir de su maternidad.

Su artículo me  ha recordado a este otro que yo escribí en su momento, sobre por qué los bebés lloran y especialmente al magnífico libro de Laura Gutman (experta en Terapia Familiar) "La maternidad y el encuentro con la propia sombra", en el que  nos habla de la dificultad de la creación de ese vínculo de fusión emocional entre el bebé y su madre (o figura maternante) y que también refleja Ana María Constaín, a través del artículo de su blog, relatándonos su propio proceso de encuentro con su propia sombra, a raíz del nacimiento de su hija Eloísa.




                                                             

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Mujeres que paren en libertad



                                         


¿Casualidades de la vida?, umm, no sé, no creo, pero yendo este martes a Valencia me he encontrado con dos bonitas sorpresas: compré la revista Mente Sana, el número 87, en el que figura una entrevista a María Jesús Blázquez, cofundadora de la asociación de apoyo a la lactancia y crianza Vía Lactea y minutos antes había conocido  a una profesional que me habló de un Máster en Psicología Perinatal. ¡¡ Qué alegría la mía encontrarme sin buscarlo, y cuando menos me lo esperaba, con este tema que tanto me apasiona !!.

En esta entrada quiero compartir contigo la entevista que le hacen a María Jesús Blazquez, titulada "Todavía quedan mujeres que paren en libertad". Además te acerco el Blog Vía Láctea para que puedas visitarlo si te interesa.

Antes quiero señalar que mi postura es de un respeto por la elección de la mujer en la forma de parir: sea en un ambiente médico propio de un hospital, en una clínica o maternidad privada que respete el proceso fisiológico del parto y ofrezca un parto respetado, en un parto libre en el agua, o en su casa asistida por profesionales (como una comadrona y/o ginecólogo). Considero que para que sea un parto respetado, el primer paso comienza mucho antes de llegar el momento de parir, y es respetar nosotros la elección de esta madre, la que a ella le hace sentirse más segura, no a los que están a fuera, y opinan qué debería hacer o qué es lo mejor para ella y su bebé (aunque sea bienintencionadamente). La elección informada de cómo parir aporta seguridad a la mujer de que está haciendo lo que necesita para proporcionarse a ella misma y a su bebé el bienestar físico/emocional necesario para parir con seguridad.

El parto en casa no es una opción para una madre que, por ejemplo, necesita no ya posibles intervenciones médicas ante un embarazo de riesgo, ni tampoco siempre que no sea un parto normal, tampoco posiblemente para aquellas otras que emocionalmente quieren disponer de una unidad neonatal, ante el miedo a posibles riesgos en el nacimiento (aunque en ocasiones estos puedan estar facilitados por una mala praxis en el ambiente justo en el que pare, como puede ocurrir en partos fuertemente medicalizados e intervenidos por acelerar/o intervenir en el proceso fisiológico natural del parto).
La mujer pare, la mujer elige cómo hacerlo, por sus propias necesidades médicas, físicas y emocionales, y dentro de las opciones, está el parto en libertad, del que habla María Jesús Blázquez en esta entrevista que le hacen en "Mente Sana" y que me parece apasionante además de una experiencia de empoderamiento para la mujer.

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María Jesús Blázquez es una de esas personas que explican con sano orgullo que nacieron en su casa y no es un hospital. Estudió ciencias biológicas y cada día empuña la tiza en un instituto de Zaragoza. Pero María Jesús Blázquez hace mucho más que eso. Se ha implicado junto a otros especialistas en el estudio de la "nueva biología", una disciplina que se acerca más a la naturaleza, y desde hace casi tres décadas dedica gran parte de su tiempo, experiencia y energía a humanizar embarazos, ciranza, lactancia y educación.

¿Las mujeres han olvidado cómo parir y cuidar de sus criaturas recién nacidas?

La vida urbana, el nacimiento en los hospitales, el entreguismo a los expertos y la desconexión de la mujer instintiva que habia en nuestro ser profundo nos ha llevado, como sociedad, al olvido de cómo parir y cuidar de las criaturas. Sin embargo, todavía quedan mujeres "salvajes" que pueden contribuir a la recuperación de esa memoria ancestral, mujeres instintivas que paren en libertad, sin pensar. En ese estado el cerebro libera las hormonas que hacen posible el acto sagrado del parto y el nacimiento.

¿La civilización tecnocrática ha roto el pacto que la mujer mantenía con la naturaleza?
La mujer y la naturaleza están íntimamente asociadas y fue precisamente esta conexión lo que provocó la dominación de ambas partes por parte de la civilización tecnocrática, transformándolas. Como dice la activista ambiental y filósofa Vandana Shiva, pasaron de ser creadoras y sustentadoras de la vida a ser objetos pasivos, manipulados por los expertos para la obtención de una beneficio económico.

Entonces, ¿apuestas por un retorno a lo salvaje?.
Sí, con plenitud de conciencia, liberándonos de nuestros miedos, recuperando nuestra fuerza instintiva y la conexión con el ser, con la naturaleza que nos rodea, con el cosmos.

Frente al bíblico "Parirás con dolor", tú opones partos íntimos y gozosos.
Respetar y entender la fisiología del parto como un acto sexual es la clave para desmontar la maldición "Parirás con dolor". Somos muchas mujeres las que hemos vivido partos entrañables y gozosos, algunas hasta con orgasmos. La mejor fuente de conocimiento científico sobre el parto está en el acompañamiento y la observación, sin interferir, de las mujeres que tienen partos placenteros, porque aportan la luz necesaria para devolver al parto y al nacimiento el lugar que les corresponde.

¿Crees que, en su afán por defender los derechos laborales de las mujeres, cierto feminismo ha complicado la tarea de ser madre?.
Sí, pero hay otros feminismos y más mujeres que reivindican la maternidad entrañable y la recuperación del reconocimiento social que merece, sus espacios y sus tiempos. Habría que acoplar las condiciones de trabajo a la maternidad y no al revés. La actual incompatibilidad entre maternidad y profesión es una agresión permanente a nuesta integridad como seres humanos.

¿Sería necesario, entonces, un cambio legal?
Por supuesto, las actuales condiciones de trabajo sólo tienen en cuenta la productividad, y como los lugares de trabajo están lejos del hogar, todo se complica. No hay ley capz de subsanar el descalabro de nuestra sociedad, que ha dado la espalda a los cuidados porque se prioriza la producción por encima de la reproducción, la vida y los afectos. Cada familia se las arregla coo puede, porque la ley de conciliación intenta conciliar algo que es irreconciliable. Las mujeres tendrían que poder detener su actividad laboral para criar a sus hijos, cobrando un sueldo sin perder derechos, como se hace en otros países de Europa.

¿Cuál es el papel del padre en un proceso tan naturalmente femenino como el parto y la lactancia?
Los hombres ya han empezado a buscar respuestas a esta pregunta. El papel más importante en la sociedad actual es comprender, cuidar y respetar la simbiosis madre-criatura. Sostener la maternidad, hacer lo posible para suplir la falta de apoyo social que existe.

¿Por ejemplo?
Durante el parto hospitalario se dan situaciones de vulnerabilidad que podrían forzar a la madre a decidir contra su voluntad; en esos momentos, el padre es quién actúa para que se cumplan los deseos de ella.
A lo largo de la gestación, el padre que comparte, comunica, acompaña y cuida a su pareja está favoreciendo el desarrollo y bienestar de su criatura y la conexión entre todos. Un padre que comprende la importancia del colecho está favoreciendo el desarrollo de su criatura porque no interfiere, porque sabe respetar, sin sentirse "abandonado", la dedicación y entrega de la madre a su hijo recién nacido.

¿La visión oficial del ciclo vital embarazo-parto-crianza está cambiando?
El cambio se produce cuando existe colaboración entre las personas responsable de las instituciones y las mujeres y madres de las asociaciones, como Vía Láctea, que trabaja desde hace más de 25 años para que eso sea posible.

¿La medicina moderna debería hacer autocrítica?
Efectivamente. Cuando se percibe con más claridad el grado de desconocimiento de la salud es durante el período primal -desde la concepción hasta el primer año de vida-, porque en las facultades de medicina se estudia durante muchos años la enfermedad y e interpretan procesos fisiológicos normales como patológicos. He sido testigo de la transformación que han sufrido muchas mujeres, profesionales de la salud, cuando se han convertido en madres. La medicina moderna ignora el concepto de salud holística y la capacidad autorreguladora del organismo.

¿Qué podemos hacer los ciudadanos en este sentido?
Deberíamos hacernos responsables de nuestros cuidados, trabajar el autoconocimiento y abandonar el entreguismo ciego a los expertos y a la industia farmacéutica.




domingo, 9 de diciembre de 2012

La ley del silencio en un duelo gestacional o perinatal





¿Qué sucede para algunas mujeres que no consiguen llevar adelante un embarazo? (y que ya han perdido uno o varios anteriormente). Pueden pasar años y sentirse olvidadas.

¿Quién se acuerda de preguntarles cómo lo llevan?.

¿Cuántas veces han de escuchar la frase bienintencionada, aunque escasa de utilidad, "no te preocupes, al final llegará, ten paciencia, seguro que llega"?. O los comentarios típicos "mira lo que le pasó a no se quién ... y ahora tiene no se cuántos hijos".

¿Cómo poder hacerles llegar a estas personas queridas que no te preguntan por cómo estás, la importancia para ti de sentir que quienes te quieren siguen recordando que llevas a cuesta la pérdida de unos embarazos, y que el no te preocupes no sirve de nada, sino más que para calmarse ellos mismos?.

¿Qué hay detrás de ese no preguntar?: acaso ¿tienen miedo de preguntar y molestar/dañar?, ¿acaso un olvido real en algunos casos de determinadas personas?, ¿pensar que las pérdidas se olvidan y ya está todo solucionado (cuando la paternidad/maternidad deseada no ha culminado?...

Qué diferente es escuchar un "No te preocupes" para estas madres y padres a una pregunta tan sencilla como: ¿cómo estás, qué tal lo llevas? (emocionalmente, no sólo fisicamente). El silencio de no preguntar es sólo una opción: hay otras, como preguntar y que la otra persona te lo cuente o te diga algo tan sencillo como: "ahora no quiero/no puedo/o necesito no hablar de ésto, pero gracias por preguntar, me he sentido tenida en cuenta por ti al preguntarme, me hace sentir que te importa cómo me encuentro, y eso me gusta, aunque ahora no me sienta preparada para hablar".

Quizás estas personas, que quieren a esos padres pero no preguntan, necesitan saber que lo imporante no es decir las palabras correctas delante de ellos, sino ser sinceros de corazón, y estar ahí para acompañarles. Habrán fechas especiales, que quizás los amigos, y familiares, no conozcan, o no recuerden, sin embargo pueden preguntar...
Y no es así, nos han educado para creer que del dolor es mejor no preguntar, por el miedo a que hablar sea recordarle su dolor al otro. O puede suceder que quién no pregunta tenga  su propia dificultad con el afrontamiento de ciertas emociones,  que no sabe cómo llevarlas, y siente que es mejor no preguntar por temor no consciente, del que no se dá cuenta, ante sentirse desbordado no es al que preguntamos, sino quién pregunta, con nuestra respuesta. Quizás no se da cuenta de que el "no te preocupes, ya llegará" no hace más que silenciar a una persona que quizás necesite de tu escucha, de saber que realmente le interesas a nivel emocional, que puede necesitar tu apoyo y sostén, más allá de conversaciones triviales, sintiéndose escuchada (quizás por enésima vez, sí, puede) al hablar de algo que a ella sí le importa y afecta.

Esto me ha llevado a "la ley del silencio" la que se implanta no sólo durante el embarazo, en que a la mujer que le hacen todo tipo de pruebas físicas y seguimientos médicos, pero no se le pregunta cómo se siente emocionalmente (ella misma, con su pareja, con los cambios que está experimentando y cómo los lleva...). Ante las pérdidas, ante los duelos, este silencio se hace más ensordecedor, y mucho más cuando las palabras "no te preocupes" le llegan a los oídos, a esta mujer, a esta madre que dejó de serlo demasiado pronto.
¿Cómo no va a preocuparse?. Podrá estar ocupándose, de buscar soluciones, de hacer si algo es necesario, para poner los medios que lleven a buen puerto, en la búsqueda de un hijo, o de no hacer, si lo que necesita es relajación mental... Pero por escuchar esto, sus pensamientos no pasan de largo de su mente, el otro no tiene el poder de parárselos, ni la persona que lo escucha en sí sólo por escuchar esta frase que busca ser "tranquilizadora". En cambio, la escucha activa, desde el corazón, el acompañamiento, el sostén emocional, unos brazos fuertes y cálidos, son un regalo curativo, y un recurso con el que la persona cuenta para seguir adelante.

Así pues, no silenciemos a estas mujeres, a estas parejas que han sufrido la pérdida de uno o varios hijos, durante su embarazo o al poco de nacer, con un "no te preocupes", dejémoslas expresarse, hablar, decir lo que necesitan ... y estaremos dándole parte de lo que necesita para sanar, o simplemente para transitar por algunos momentos más dolorosos que puedan darse después de estas pérdidas y ante la espera de su objetivo final: la llegada de su hijo a sus brazos.

¿Hemos pensado alguna vez cómo esta mujer habrá ido a ver a los hijos recién nacidos de otros padres, o escuchado tal vez muchas entusiastas conversaciones sobre los bebés de sus amigas, primas, familiares... y a ellas nadie les pregunta qué sienten al escuchar estos relatos mientras al hacerlo son aún más conscientes de sus pérdidas: de lo que han perdido, de lo que no tienen, de lo que perdieron a perder a su/s hijo/s? (por mucho que puedan alegrarse por el nuevo nacimiento de los bebés de sus amigas o familiares que han pasado a ser papás).

¿ Nos hemos dado cuenta de la necesidad de empatía/sensibilidad hacia ellas, de que alguién se ponga en su lugar, por ejemplo en estas situaciones tan naturales de que ocurran, como la anterior, de sentir unas sinceras y  sencillas palabras dichas por la madre/el padre que recientemente se han convertido progenitor/a : "¿y tú cómo estás?" ? .




                                                           

domingo, 25 de noviembre de 2012

Los padres que aman




En el artículo "La madre moldea el cerebro del bebé durante su primer año de vida" os hablaba del vínculo que se establecía con el bebé a través de su rol de madre y de padre, la modificación del cerebro del niño, a mediada por la relación emocional que mantienen con su hijo.

Ahora quiero darte a conocer los resultados de una investigación que profundizan en este aspecto de la neurobiología perinatal, que conocí a través del Blog de  la Psiquiatra Perinatal Ibone Olza.

Ibone Olza nos habla de un estudio cuya traducción sería: Sincronía y especificidad en el cerebro maternal y paternal: relación con la oxitocina y la vasopresina.

Lo ha dirigido Ruth Feldman, una investigadora brillante de la que ya nos habló en la entrada  de su Blog, titulada "Desmontando a Estivill" . Feldman y su equipo llevan años descifrando el correlato neurobiológico del vínculo entre madres, padres y bebés. En concreto Feldman es la que más ha estudiado la sincronía, esa fascinante coordinación en la crianza que entre otras cosas explica como madres y bebés de tres meses pueden sincronizar su latido cardíaco con solo mirarse a los ojos en menos de un segundo.


                                                                                                      

Ahora las nuevas técnicas de neuroimagen permiten ver que zonas del cerebro se activan cuando una madre o un padre ven a sus bebés en acción. El resultado de este estudio realizado con 15 parejas y sus bebés de 4 a 6 meses es precioso: madres y padres se sincronizan también entre ellos para responder de forma muy parecida a su propio bebé. Tan sólo se observan algunas pequeñas diferencias: en las madres se activan un poquito más algunas áreas más relacionadas con las emociones y la empatía, lo que se relacionaba con la oxitocina, y  en los padres otras areas más involucradas con la inteligencia más “social”, en correlación con la vasopresina. Pero insisten los autores, lo más llamativo es la similitud en la respuesta de cada pareja con su propio bebé,  lo sincronizados que parecen estar entre ellos madres y padres cuando se trata de comprender lo que quiere expresar su bebé.

En realidad lo que están empezando a evidenciar este y otros estudios es que los padres que mantienen un contacto estrecho con sus bebés son capaces de cuidar muy amorosamente en perfecta coordinación con las madres. Sus cerebros cambian de forma muy parecida al cerebro maternal: los padres también aman.

 
Nota: Fotos tomadas del artículo "Los padres que aman"  del Blog de Ibone Olza, del que soy seguidora asidua. 


La violencia obstétrica:un tipo de violencia a la mujer




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  Hoy es 25 de Noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de la Mujer. La violencia hacia la mujer también puede ser ejercida en los hospitales, en momentos vitales de ésta, en que ésta se siente especialmente vulnerable: en el parto, no respetando La Estrategia Nacional de Atención al Parto Normal en el Sistema Nacional de Salud (en España), de la que os hablaré en futuras entradas de este blog.

  Os invito a visualizar este vídeo, y a estar atentas/os al qué sentís, que os resuena a nivel emocional, de sensaciones corporales, y qué pensamientos se os pasan por vuestra mente al ver este vídeo:


         

   No sé que has sentido al ver estas imágenes, sin embargo te hago una pregunta: ¿si el protagonista no fuera un hombre, sino la mujer, te hubieses fijado en el trato que le dabas a esta persona en proceso de parto?. ¿Te hubieses fijado en cómo le hablan, en cómo ignoran sus preguntas, cómo no le informan, cómo no escuchan sus ruegos por saber sobre su hijo, cómo le hacen sin preguntarle ...?.

  Recuerdo la sensibilidad que me produjo ver este vídeo por primera vez, el rechazo que me creó la falta de trato humano sensible, de ponerse en el lugar de esta persona que está viviendo una experiencia de la que no conoce, ante la que se siente vulnerable, cómo ignoran sus miedos... El pensar: ¿qué saben estos profesionales sobre la psicología del parto?, ¿cómo no se dan cuenta de lo que hacen?, ¿cómo han podido llegar a asistir de esta forma a una persona que lo que necesita es un trato humano, sensible, que la tenga en cuenta a la madre y a su bebé, no desde esta posición de poder cuando a quién asiste sólo parece poder tener la opción de callar y obedecer, o de lo contrario será tratada de forma más inhumana, insensible y quizás recibirá peor asistencia obstétrica?  ...

  Podemos parar este tipo de violencia, y considero que hoy es un día en que hay que recordar que esta existe, darla a conocer, escribir este tipo de artículos que nos ayude a plantearnos cómo queremos ser asistidas en un momento crucial: el de la llegada de nuestros bebés al mundo, sin que su primera experiencia vital esté mediada por la violencia de los profesionales que le han traído a este mundo, y que quizás ni son conscientes de ello, como Ibone Olza nos habla en su artículo "Violencia obstétrica televisada: BABY BOOM" o como Elena Mayorga (experta en Psicología de la Mujer) reflexiona en su artículo "Maltrato infantil y Violencia Obstétrica" .

Con esta última autora, experta en Psicología del embarazo, parto y puerperio, comparto su visión sobre la necesidad de los profesionales que trabajan en Obstetricia y Ginecología (y de profesionales que acompañan a las madres durante su embarazo y/o parto: como obstetras, ginecólogas/os, matronas, psicólogos, o doulas) de revisarse a nivel emocional, su propia historia personal en relación con el maltrato, para en su asistencia a la mujer embarazada o en parto no realizar prácticas facultativas o darle un trato a la madre, en el que se cuide el trato emocional y psicológico que se le dá a esta. ´
Así como quiero resaltar igualmente su reflexión a cerca de  la importancia de que la madre se informe sobre el desarrollo fisiológico normal de un parto, de trabajo psicoterapéutico, cuando es necesario, o de búsqueda de acompañamiento profesional en estos momentos decisivos para su futura maternidad que le ayuden a vivir su embarazo y parto desde la consciencia, decisiones reflexionadas, que puedan convertir su embarazo y parto en una experiencia de empoderamiento.

Si quieres conocer "De qué hablamos cuando nos referimos a violencia obstétrica" puedes saber un poco más al respecto, visionando este otro vídeo:


                                                                          
                             

jueves, 22 de noviembre de 2012

La madre moldea el cerebro del bebé durante su primer año de vida





En este post os traigo una entrevista al experto en Neurociencia y Psiquiatría Allan Schore, para el Periódico Urugayo "El Salvador".
Schore es valorado a nivel mundial por la integración que logró en las distintas disciplinas. Él dice que en sus teorías hay dos referentes indiscutibles: Charles Darwin en lo que tiene raíz biológica, y Sigmund Freud en el campo de la psicología. Actualmente se encuentra trabajando en la aplicación de la neurociencia. Por ejemplo, cómo utilizar el conocimiento del apego en la psicoterapia, o cómo aprovecharlo a nivel judicial para decidir sobre adopción o divorcio.
                  

El estadounidense Allan Schore (Investigador en Neurociencia y Profesor de Psiquiatría en la Universidad de California), referente en desarrollo temprano del cerebro, expuso en unas conferencias en Montevideo.

Cada vez se oye más hablar de la noción de apego durante los primeros años de vida de un niño. Esa palabra que puede sonar abstracta es, según los expertos, la clave del desarrollo de la parte del cerebro que posibilita la empatía. Allan Schore, un referente internacional en este tema, lo pone así de sencillo: “la relación de apego entre la madre y el hijo le da forma, moldea el lado derecho del cerebro”.

Schore estuvo en Montevideo para brindar una serie de conferencias organizadas por la ONG Atención y desarrollo a la temprana infancia y su familia (ATI) y apoyadas por el Ministerio de Educación y Cultura. El rol que tiene la madre en el futuro emocional de su hijo, la participación del padre, y lo que le espera a alguien que no disfrutó de una relación de apego, fueron algunos de los temas que conversó el experto con El Observador.


*Quienes trabajan en la neuropsicología en Uruguay hoy entienden que usted desarrolla un modelo de salud mental infantil particular. ¿En qué consiste?

Déjeme decirle antes que hay un gran interés de los medios en neurociencia hoy. En los últimos 10 años ha habido una gran explosión en el estudio del desarrollo temprano del cerebro. Y lo que hemos descubierto es que el desarrollo temprano, tanto durante el embarazo como después del nacimiento, tiene efectos en lo que sucede después, no solo en términos de bienestar emocional, sino también en lo que refiere al desarrollo de desórdenes psiquiátricos. Durante el primer año de vida no hay comunicación verbal: es todo emocional. Esto era terreno desconocido para la ciencia, que no sabía cómo abordarlo, pero gracias a la tecnología se pudo estudiar el cerebro del niño y de la madre.

*¿Cuál ha sido su aporte?

Mi trabajo en los últimos 20 años ha sido la integración de la biología y la psicología
. En esencia, mi trabajo cruza las fronteras entre ambas. En particular, hago foco en el lado derecho del cerebro. El lado izquierdo, que es el que desarrolla el habla, no entra en funcionamiento hasta el segundo año de vida. En cambio, todo lo vinculado al apego se desarrolla durante el primer año. La idea esencial es que la relación de apego entre la madre y el hijo le da forma, moldea el lado derecho del cerebro. Hay una herencia genética natural, pero el entorno social y afectivo va tallando, como una escultura.



*¿Qué funciones se encuentran en el lado derecho?

Está involucrado en los procesos emocionales
. Es el que permite llegar a casa, mirar a los ojos al otro y saber que algo anda mal. Las expresiones faciales, las sonrisas, la tristeza, el tono de voz. Allí está la habilidad de entender el estado emocional, lo que pasa por la mente o las motivaciones que tiene la otra persona. El punto más importante en este sentido es la comunicación no verbal, de cerebro derecho a cerebro derecho, que se da entre la madre y el niño. Al mismo tiempo que esto ocurre, el cerebro del bebé está doblando su tamaño, y en esto incide el apego.¿Cómo debe hacer la madre para alcanzar el nivel adecuado de apego?


*¿Cómo puede estar segura de que está haciendo bien las cosas?

Es un aprendizaje que no tiene tanto que ver con ‘hacer’ sino con ‘ser’. ¿Cómo transmitirle la empatía?:
*  Siendo cuidadosos y atentos,
* Poniendo al bebé en el primer lugar,
*Siendo abiertos, genuinos, y
* Estando disponibles emocionalmente.
*Y también ayuda si hay una relación fuerte entre la madre y el padre.
La clave es esta sofisticada forma de relacionamiento. El foco no es racional sino emocional. Es la habilidad de la madre de leer la mente y el cuerpo del bebé. Ella tiene la capacidad de aliviar la tensión del bebé, de calmarlo, de regular su estrés, pero también incide en su disfrute y entusiasmo. Es decir, no solo puede escucharlo, sino también regular sus emociones. Ella puede cambiar su conducta. Además, el apego otorga al bebé una sensación de seguridad.


*¿Y qué rol tiene el padre en esto?

El padre entra un poco más tarde. El primer apego es con la madre. Después, en el segundo año de vida, el bebé tenderá un lazo también con el padre. El bebé tiene distintas relaciones con sus padres: la madre es la que lo calma, mientras el padre tiene un vínculo más enérgico y le enseña a explorar. Hoy tenemos evidencia de que la madre realmente da forma al lado derecho del cerebro, pero el padre también incide. Y es más que un efecto psicológico: el crecimiento del cerebro está influido por esas relaciones.
(Nota: a este respecto os hablaré en la siguiente entrada del Blog, de los efectos positivos para el  bebé de tener un padres amoroso con sus bebé y que se coordine emocionalmente con la madre en el cuidado de su hijo, escrito por la Psiquiatra Ibone Olza).


*¿Qué sucede con quienes no tuvieron ese apego?

Justamente, no estudiamos solo el desarrollo normal, sino también el que lleva a desórdenes psiquiátricos o psicológicos. La que está en juego es especialmente la habilidad del lado derecho del cerebro de regular el estrés. Es importante que el niño sepa que el otro está emocionalmente disponible para él. En ese sentido, los desórdenes psicológicos tienen raíz en el desarrollo temprano del cerebro. Entonces, ¿qué pasa si hay abuso o negligencia? Bueno, por eso es muy importante que haya programas de prevención temprana, que sé que en este país los hay.

Enlace artículo:


                                    
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