sábado, 20 de octubre de 2012

Superando un aborto (1)




Hablando de su muerte , sin silenciarla ...

Cuando una mujer descubre que va a ser madre, y este descubrimiento es vivido como una gran noticia, como una ilusión de crear una vida a la que cuidar y dar amor, la pérdida de este bebé puede ser un duro golpe para ella.

Tras recibir la noticia de que tu bebé no está vivo, las emociones te embargan. En ese momento comienza un proceso de recibir información y de toma de decisiones y elecciones (medicación para favorecer el sangrado y la expulsión del bebé, un posible legrado y entrar para ello en quirófano, … ). Se añade la experiencia de la hospitalización (y de los procedimientos médicos oportunos) si es necesaria, entrar en una habitación con un ambiente médico, en un momento en que sientes que tu bebé se ha ido (que ya no tiene vida o que has de decidir quitársela por factores médicos…)...

Mientras la mujer vive un mundo de emociones que no acaban cuando sale del hospital, sin su bebé, con su pena y su tristeza, y sabiendo que sí,  “que pronto podrás quedarte de nuevo embarazada”, pero sin que ello te consuele de la pérdida de tu bebé, de esa parte de ti que llevabas dentro y a la que habías dado vida (sí, intrauterina, pero vida) y ahora ya no está contigo (tocas tu barriguita y sabes que se ha ido) , a pesar de la dificultad (imposibilidad en ocasiones) de despedirte de él/ella.

(…) Pasan los días, y la mujer puede que haya dado muchos pasos para despedirse de su bebé y asumir ésta (escribirle una carta, hablar con su pareja de lo sucedido, de la pérdida para ambos, hablar del dolor con amigas que puedan entenderla…). Hasta puede haber descubierto el valor de esos profesionales (enfermeras, médicos) que no sólo te transmiten sus conocimientos, sino que te han aportado su escucha, su acompañamiento, esas palabras de sincero acompañamiento (incluso el compartir el dolor de una pérdida personal por un aborto, y el sentir el verdadero entendimiento emocional, que no sólo intelectual, de tu pérdida) … Sin embargo puedes sentir que no lo has superado.

En el caso de que te encuentres en esa situación de sentir que te cuesta salir de tu pena  y seguir adelante, puedes buscar el apoyo terapéutico de un profesional si estos recursos (de información) no son lo que tú necesitas, sino el sostén y acompañamiento emocional y psicológico de un Terapeuta que te ayude a elaborar el duelo.

Este proceso te ayudará a acabar con el SILENCIO sobre LA PÉRDIDA POR UNA MUERTE.

Silencio facilitado por creencias, que no te ayudan, como  que "tras un tiempo determinado la persona no debería necesitar hablar de ello, pues ya debería haberlo superado”. Pérdida (la de tu bebé no nacido) que socialmente se minimiza o se le resta importancia, con comentarios no malintencionados como “puedes volver a quedarte embarazada”, y “tampoco estabas de tanto tiempo”,  que sin embargo no proporcionan ni consuelo ni apoyo para transitar por el duelo de una pérdida que para ti ha podido ser muy significativa, y ante la que necesitas permitirle “su partida” y darle su despedida.

Este acompañamiento terapéutico igualmente te servirá para aprender a sanar, a transitar por el cambio en este proceso, a sentir el crecimiento en ti al elaborar tus sentimientos, tras poder despedirte de esa parte de ti que se ha ido y reencontrarte de nuevo con la vida.

Enlace: Artículo publicado el 3 de Noviembre de 2011 en  CENTRO PSICOLOGÍA GESTALT

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